Hacia muchos meses que no escribía nada en la web, en parte por falta de tiempo pero, sobre todo, por falta de motivación para compartir aquí mis opiniones. No creo que importen a demasiada gente, y así de paso descongestionamos un poco la «nube» de internet 🙂
Pero hay un puñado de acontecimientos que sí le mueven a salir a uno de su autodestierro digital, y uno de ellos es el lanzamiento de un nuevo libro, ya sea en solitario o en colaboración, de mi gran amigo, hermano espiritual, Jesús Martínez del Vas (JMV). Sus últimos trabajos como escritor fueron «La aventura colosal«, «El mundo del Spectrum» y «El mundo del Spectrum+«, y ahora vuelve a la carga con «Queremos su dinero», sorprendente libro del que os paso a comentar mis impresiones.
Se trata de una biografía novelizada de Jose Luis Domínguez, el fundador de Indescomp y que trajo la marca Amstrad a España. Desde sus inicios en los 70 como vendedor de enciclopedias (en inglés) puerta por puerta, Jesús nos narra la trayectoria vital y profesional de este vendedor nato (como él mismo se define) y sus increíbles vicisitudes para llegar a conseguir revolucionar el mercado de la microinformática en la primigenia España de los 80-90. Lo que hoy llamamos un «emprendedor» lo tenemos encarnado en la figura de Jose Luis, décadas antes de que este término se conociese siquiera.
La dureza de los inicios, los condicionantes familiares y sociales de la época, las difíciles relaciones con Alan Sugar (el fundador de Amstrad en Reino Unido), anécdotas e información verdaderamente sorprendente sobre el cómo funcionaban y se hacían las cosas en aquellos años… Jesús nos lo cuenta con un estilo propio admirable, que consigue aunar información y adicción por la lectura, sumergiéndote en ella… algo que, como lector ya veterano, uno agradece como algo esencial en un escritor. Y aunque el tema en sí podría pensarse «no interesante» para el público más generalista o desligado de los ordenadores de 8-16 bits, cuando un libro está escrito con tanta profesionalidad, amor e implicación, interés genuino por lo tratado y el ánimo divulgador de un conocimiento que ya es pasado casi remoto, os aseguro que la lectura resulta apasionante, didáctica y adictiva a un tiempo.
Hasta aquí más o menos lo que es el libro en sí -que viene en una edición súper cuidada, que da gusto tener entre las manos-; os dejo ahora lo que a mí particularmente me ha aportado en reflexión interior.
IMPRESIONES FINALES
-Conocimiento del ambiente de una época. Jesús consigue trasladarnos a esa España del despertar de la Democracia, (y que, aunque fuese como niño -nací en el 1977-, recuerdo bien), donde todo parecía estar por hacer e inventar, el ambiente emocional y comunitario, el carácter personal compartido a nivel social, mezcla de cercanía, ruda honestidad, picardía y cierta ingenuidad… me resulta difícil trasladarlo a palabras, pero estoy seguro que los que vivimos aquellos años ochenta lo tenemos claro por contraste a la individualidad, frivolidad, postureo, cinismo y gilipollez ramplantes en la actualidad. Jesús lo trasmite en su narración, dejándome un poso de evocadora nostalgia por un tipo de sociedad que no volveremos a tener, seguro.
-La figura de Jose Luis Domínguez. Este hombre ha de estar feliz con el trabajo que Jesús le ha dedicado, porque es un profundo viaje y recorrido por toda su vida, que pone en valor su esfuerzo y sacrificios personales hasta llegar adonde llego. En este país solemos disparar al que levanta cabeza o tiene éxito de forma clara (Jose Luis se hizo multimillonario), pero sin pensar mucho en todo el sufrimiento, trabajo e implicación brutal a todos los niveles (económico, personal, familiar…) de esas personas, y trabajos como éste nos ponen en la piel de esta clase de tipos, conociendo todo el proceso, la dolorosa tramoya que, a veces desemboca en las metas soñadas, y otras en el desastre total.
-Lo individual transforma lo social. ¿Hubiese existido Amstrad España sin la apuesta de Jose Luis? ¿A cuántas personas les determinó su vida personal-profesional tener un Amstrad-Spectrum de niños, y cómo eso ha desarrollado la tecnología informática en nuestro país? ¿Hasta qué punto una decisión personal, como la de Jose Luis, puede incidir e influir a miles de personas, toda una generación? Probablemente, la respuesta no pueda darse y nos aboca a pensar en futuros alternativos de nuestro país. Y, aunque el interés de Jose Luis fuese puramente empresarial-económico, de forma indirecta, nos abrió un mundo -el de la microinformática- que a muchos nos influyó profundamente en nuestros años de niñez/adolescencia, alimentando nuestra imaginación, creatividad y gusto por la cultura del videojuego y todo lo que atesora.
-Jesús, como escritor y divulgador. Uno de esos tesoros implícitos de la cultura del videojuego de aquellos años es su vertiente comunitaria: con la motivación de intercambiar juegos y experiencias, nos ponía en contacto y tejía redes entre personas. Y al final, muchas de esas relaciones derivaban en amistad, algo infinitamente más valioso que el mejor de los juegos. Así me pasó a mí con Jesús; gracias al Spectrum, conocí a uno de mis más queridos amigos desde hace décadas, y de lo que menos hablamos es del Spectrum. Dicen que uno sólo puede transmitir lo que es… y claro, la inmensa humanidad de Jesús se capta en cada uno de sus trabajos, cuya calidad es suma de conocimiento minucioso y erúdito, cercanía, amor por lo que se hace y un ánimo increíblemente valioso por divulgar los pormenores, poniendo en valor a las personas de este mundillo y la época en la que se desarrolló. El tiempo y las generaciones pasan rápido, y si no fuese por trabajos como éste que quedarán para el futuro, todo el conocimiento detallado de procesos profundos de una época se perdería para siempre.
Así que, una vez más, gracias Jesús por este genial trabajo, con el que añades a Jose Luis a la lista de los que estamos en deuda contigo por tantos ratos preciosos de cómics y lecturas impagables. ¡Nos dejas a la espera del próximo!
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