Debo contarte el sueño que tuve anoche. Fue tan lúcido, estructurado y gráfico, que estoy seguro de que fue algo más; una certeza, no una mera impresión, un mensaje enviado a través de las estrellas. Un mensaje de socorro, transmitido en una frecuencia psíquica cuántica sintonizada con nuestros cerebros, cargando con la honda esperanza de poder recibir nuestra ayuda.
Una extraña forma de locura, que anula toda capacidad empática, parece haberse convertido en epidemia mundial, poniendo en peligro la propia supervivencia de la especie al desarrollarse la violencia asesina de forma exponencial. Las escenas se mostraron en rápida sucesión, como ejemplos gráficos de todo lo que está sucediendo a diario por todos los lugares habitados de este planeta infierno:
Un macho golpea a su compañera hasta abrirle la cabeza, un soldado es aplastado vivo bajo las cadenas de una máquina de guerra, un padre obtiene placer sexual de su hija de forma aberrante, uno es atado a una silla y después le van arrancando los dedos de los pies uno a uno con una herramienta mecánica, una fila de hombres es ametrallada delante de la fosa donde poco después serán enterrados, una mujer es rociada de líquido al que prenden fuego ante la mirada de una multitud, otras es asesinada cruelmente a pedradas, un joven es acuchillado entre varios en un callejón nocturno… y la lista parece no tener fin.
En mi mensaje onírico aparece también uno de los Kreadores que enviamos a este planeta Tierra, y que tuvo éxito en su misión. Éste concretamente ha encontrado su refugio a decenas de kilómetros bajo la superficie. Ha mutado de forma monstruosa y resulta una abominación apenas reconocible en relación al aspecto original con el que fue enviado desde aquí. Al parecer, ha perdido la conciencia del alcance de sus funciones como Kreador y, al no sentirse conforme con el resultado de su obra, está induciendo su autoeliminación utilizando diversos medios y capacidades adquiridas durante su lenta y progresiva mutación.
¿Deberíamos ayudar a los hijos de nuestro hijo? Opino rotundamente que sí, pero estoy seguro de que, una vez más, los Dirigentes harán caso omiso de las reiteradas peticiones de nuestra clase Soñadora.
Así, seguiremos creando infiernos por toda la galaxia.
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