Sigo leyéndome con gusto la bibliografía de este gran divulgador de la Historia que es Max Hastings, sobre todo a raíz de su increíble «Némesis: la derrota de Japón«. Y esta vez me he sumergido en las más de 800 páginas de este «La guerra de Churchill».
Max hace un exhaustivo repaso de toda la Segunda Guerra Mundial y sus momentos críticos a través de la figura de Winston Churchill, uno de sus principales protagonistas. Su personalidad, relevancia, actuaciones y decisiones, anécdotas, relaciones con el pueblo británico y otros líderes como Roosevelt y Stalin… de un modo que, aunque ya conozcas cómo fue la II G.M, este libro te ofrecerá la perspectiva británica desde la piel del que ha sido, con toda seguridad, el primer ministro más trascendental de su Historia, contándote datos que sin duda te sorprenderán.
A pesar de las enormes adversidades que tuvo en contra (un anticuado e inexperto ejército británico que en sus primeros años perdía batalla tras batalla, escasez de recursos materiales, huelgas laborales en sectores clave para la industria de guerra), Churchill contaba con una personalidad optimista y guerrera, determinada a conseguir la victoria para su país y los aliados en momentos en los que la propia supervivencia de su país estaba en riesgo -muchos hubiesen firmado la paz con Alemania y su brutal maquinaria bélica y… ¿cómo hubiese sido Europa entonces?-, siendo esta actitud trascendental para que la historia terminase como lo hizo, y no de ningún otro modo. Jamás sabremos cuánto le debemos a Churchill en este sentido.
¿Qué me ha gustado especialmente de «La guerra de Churchill»?
Muchas cosas. Además del impresionante trabajo de documentación que tiene detrás, que nos permite conocer muchos detalles y anécdotas, como intervenciones en reuniones con Stalin o Roosevelt, cómo era percibido en determinados momentos, etc, la visión del conflicto desde el punto de vista británico. Y datos que te invitan a la reflexión, a saber:
-Su carisma, actitud e inspiradora oratoria y discursos consiguieron hacerle destacar y causar impacto, elevando la altura de su país hasta ponerle en equilibrio con potencias muy superiores en distintas dimensiones como eran las representadas por Roosevelt y Stalin, incluso en los momentos finales del conflicto, donde estos ya se repartían el mundo de postguerra. Sin duda fue uno de los mejores estadistas de la Historia, y no tanto un estratega militar como a él le hubiese gustado ser.
-Su energía y determinación, a pesar de su avanzada edad y agotamiento, con la victoria final. Se daba largos viajes y disfrutaba estando presente en primera línea de batalla. No en vano fue soldado, y eso marca una tremenda diferencia con personajes puramente «políticos».
¡Hacia la Victoria!
-El confiar demasiado en su instinto e ideas peregrinas, obviando los racionales consejos de altos mandos militares, que le llevaban a madurar estrategias militares sin mucho sentido (guerras de guerrillas) o escenarios secundarios, que provocaban dispersión de fuerzas necesarias en teatros fundamentales, máxime cuando el imperio británico estaba muy por debajo en divisiones de sus aliados soviéticos o americanos. Así tuvo sus sonados desastres que le llevaron a perder mucha popularidad; y, una vez terminada la guerra, a perder el poder en su país (con la consecuente y lógica amargura). No se confió en él para dirigir el país en la postguerra, pues ni él mismo tenía un planteamiento para ese periodo.
-La escasez de medios militares con los que contaba el imperio británico en esa época. No sabía hasta qué punto estaba por debajo de los americanos y soviéticos, tanto en divisiones como en material bélico (¡sorprendente!) Situación que les llevaba a depende mucho del apoyo americano para casi cualquier operación que quisiesen emprender.
-La propia relación anglo-americana. Yo pensaba que era mucho más estrecha y «fraternal», pero lo cierto es que en muchos momentos fue distante y movida por los propios intereses de unos y otros.
-Planes alternativos que se llegaron a barajar, como la paz con los nazis o atacar a los soviéticos (plan «Impensable»)… denotan que muchas veces observamos este conflicto con una visión muy «a posteriori», donde damos muchas cosas por hechas, cuando lo cierto es que cualquier cosa alternativa pudo haber ocurrido…
En definitiva, otro excelente trabajo de Max Hastings que, tanto si te gustan los libros biográficos como conocer más de la II G.M -sobre todo desde el punto de vista británico-, creo que disfrutarás mucho.
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Algunas citas y frases célebres a él atribuídas:
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