Muy de vez en cuando, uno se topa con juegos como este Hellblade: Senua´s sacrifice, que además de entretener, van un paso más allá y profundizan en territorios poco explorados desde el mundo de los videojuegos, con un enfoque y propuesta bastante original.
En Hellblade la protagonista es la Senua del título, una guerrera picta que padece de psicosis, un trastorno mental con muy diversos síntomas y grados de afectación, y que el juego pretende hacernos vivir, con bastante acierto desde mi punto de vista. Acompañaremos a Senua en un viaje interior cabalgando la locura al tiempo que luchamos contra ella, y donde no dejaremos de dudar qué es la realidad objetiva más allá de la distorsionada experiencia de nuestra sufrida guerrera.
Gráficos
Lo primero que me impresionó al cargar este Hellblade fue la impresionante calidad de sus gráficos, casi fotográficos -de hecho, se ofrece un modo de «cámara libre» para tomar instantáneas-, la suavidad y resolución, la luminosidad, las expresiones faciales y movimientos de Senua… y que todo ese increíble despligue estuviese puesto ahí, no tanto para buscar impactarte, sino para sumergirte en un mundo antiguo nórdico natural y creíble. La inmersión es tan fácil como caerte en un pozo de cabeza.
Benidorm vikingo…
El juego tiene escenarios, fases, ideas de diseño que consiguen dejarte con la boca abierta: barcos de corte vikingo destruidos en las playas, pantanos, cavernas, templos escavados en la roca, solitarios bosques… no solo ya por su calidad, sino también por su buen gusto. De diez, vamos.
Por otro lado, los distintos enemigos y personajes están perfectamente materializados, con múltiples detalles (collares, cráneos colgando, etc), y sus movimientos de lucha son fluidos y dignos de ver, mostrándose hasta los tajos según avanzan los combates. Muy realistas.
Sonido
Una de las particularidades de Hellblade es que, como estás en la piel de Senua, ésta escucha voces -les uno de los síntomas psicóticos: escuchar tu pensamiento como una voz ajena- a distintas distancias y grados de angustia, por lo que se recomienda jugar con cascos para ser partícipe de su locura y sentir lo mal que lo puede uno pasar con este trastorno. No recuerdo haber visto nada similar en ningún otro juego, y me parece todo un acierto.
El resto del apartado sonoro (entrechocar de aceros, sonido y música ambiental, pisadas etc) brilla también con alta calidad, destacándose algunos cuando los escuchas por primera vez (al golpear ese escudo redondo vikingo, ya verás :D).
Gameplay / Jugabilidad
Y si el apartado técnico es soberbio, no menos lo es su jugabilidad. El interés por avanzar y descubrir cosas (¿Porqué lleva Senua una cabeza conrtada envuelta en un paño colgada al cinto? ¿Qué le ocurrió a su madre?…) es alto desde el principio. El proceso se basa en explorar el terreno, resolviendo pequeños puzzles -encontrar 3 runas «camufladas» en el entorno, y que simulan perfectamente cómo Senua ve claves en la realidad (destellos lumínicos) que para los demás no existen; igualmente, en determinados momentos el camino se despeja si miras desde determinados ángulos, como si la textura de la realidad fuera un cristal roto que has de volver a juntar en tu percepción (buena forma de representar ese síntoma del trastorno).
También te enfrentarás en crudos combates que, sobre todo en los primeros, sufrirás vivamente hasta que les cojas el truco. Los enemigos están muy bien implementados, si bien resultan escasos en variedad y acaban por hacerse cansinos, sobre todo porque -avanzado el juego-, te puedes encontrar con HORDAS lanzadas contra la pobre Senua. En todo caso, resultan divertidos, furibundos y sangrientos 🙂
Increíble escenario infernal
Precisamente, en el juego se ha dotado a Senua con un sentido/talento especial para el combate (como un enlentecido «bullet time»), como una de las (pocas) ventajas que su percepción rota de la realidad le confiere, y que te ayudará a resolver combates en los peores momentos.
La exploración de los detallistas escenarios es todo un placer en sí, y perfectamente hilvanada con flashbacks y otros momentos de «soñar despierta» que nos hacen comprender el trasfondo y motivaciones de Senua, sus traumas y miedos… creando un personaje perfectamente verosimil, humano y muy original a mi entender (¿Cuándo has manejado a una guerrera picta psicótica?). Buena parte de la trama tiene también un toque de cierto romanticismo, de búsqueda del desaparecido y querido amigo de infancia que la enseñó a luchar, probablemente uno de los únicos apoyos firmes en la desgraciada vida de Senua.
¿El árbol de Conan el Bárbaro?
El conjunto de todos estos elementos, para mí, ha supuesto toda una gozada, inmersiva, original, divertida y motivante. ¡Juegazo!
Mi opinión personal
Los creadores de Hellblade han tratado que vivas la aventura/pesadilla interior de Senua con todo lujo de detalles, haciendo una genial -y buscada- labor de sensibilización hacia las personas que sufren psicosis. Si el mundo del entretenimiento (películas, videojuegos etc) nos han creado un estereotipo brutalmente negativo de esta enfermedad (identificando psicosis con asesino en serie, básicamente), ha obviado que la inmensa mayoría de estos enfermos son víctimas de terribles sufrimientos psicológicos, angustia, una percepción y razonamiento distorsionados, falta de comprensión social… y en este sentido, cuando terminas de jugar a Hellsblade, empatizas porque lo has pasado mal junto a Senua, y te puedes hacer una idea de lo duro que debe ser vivir así siempre. Bravo por esta sensibilidad, tan escasa en este mundillo, donde casi todo acaba en un mata-mata, del diferente y del débil. Para mí, lo mejor de todo sin duda, e implementado magistralmente.
Sufrirás con Senua y sus expresiones, ya lo verás
El único «pero» que le pongo, y que le deja a centímetros de ser una obra maestra por lo dicho, es que ciertas dinámicas se hacen muy repetitivas (las puñeteras 3 runas, los combates excesivamente masivos), y te sacan de la intensidad de estar viviendo la peculiar locura de Senua, dotando de cierta pesadez algunos momentos, que desluce lo grandioso de la experiencia global del juego.
En todo caso, un juego maravilloso, de los imprescindibles que hay que jugar sí o sí.
Este apúntatelo fijo, hazme caso 😉
Deja una respuesta