54 – CARTA DE JEREMY O BRYAN A PAPA NOEL – Luis Bermer | Cuentos de Terror
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54 – CARTA DE JEREMY O BRYAN A PAPA NOEL

Querido Papá Noel:

Me llamo Jeremy O´Bryan y vivo en Austin, Texas. No sé si te acuerdas de mí. Supongo que sí, porque tienes que recordar los nombres de millones de niños, en todo el mundo. El año pasado te escribí una carta como ésta. En ella te pedía varias cosas, porque ese año me porté muy bien. Me trajiste esa equipación para el béisbol que tanto me gustaba, y te lo agradezco. Sabes, porque tú lo sabes todo ¿no?, que me lo pase muy bien jugando con ella hasta que esos imbéciles abusones de la calle de abajo, los Dossey, me la robaron en una pelea. Y esto no hubiese ocurrido si mi padre estuviera en casa. Aquí sí que me fallaste de verdad. En la carta te decía que lo que más deseaba en el mundo es que mi padre volviese de la guerra, pues ya había luchado mucho tiempo y mi madre, mi hermano Robert y yo le necesitamos aquí, le queremos un montón. Tú deberías saber que prefería mil veces la vuelta de papá antes que la equipación de béisbol. Sólo te pedí esas tres cosas: el equipo, que volviese a casa papá, y que mamá volviese a reír como lo hacía antes. Tú me trajiste lo que menos quería. ¿Por qué? ¿Podrías explicármelo?

 

A veces pienso que hubiese sido mejor no pedirte nada. Sí, papá volvió a casa.

 

Pero muerto.

 

Ahora sólo nos quedan de él sus cenizas en la urna negra del mueble. Y su recuerdo, en todas las horas. Te juro que, algún día, cuando sea mayor, encontraré a los que le mataron. Cogeré las armas que mi padre dejó en el armario y con ellas los cortaré en pedazos. Repartiré sus tripas por las calles, colgaré sus cabezas bien alto, donde todos las puedan ver; pero antes los torturaré de mil maneras diferentes, uno por uno, y sabrán lo que es nuestro dolor. Serán viejos y ni siquiera eso me detendrá. Juro que es lo que haré, y no me importa lo que después me pueda pasar a mí. Sólo te pido que me ayudes a encontrarlos, porque si no, otros pagarán por ellos… sus hijos, sus nietos… me da igual.

 

En casa de Ben, por Internet, los hemos buscado, viendo todos los videos de Irak que hemos encontrado. Algunas imágenes no se me van de la cabeza, son horribles, casi vomitamos con algunas. Pero no me importa; debo prepararme para eso y mucho más. Algún día yo seré el actor de esos vídeos, y me bañaré en la sangre de esos hijos de puta. En cada vídeo creo ver a mi padre con su uniforme; por un lado necesito saber qué le pasó, deseo ver cómo ocurrió, pero por otro me aterroriza encontrarme con ese momento. No hay día que no lloré sin poder parar.

 

Como mi madre. Es como un cadáver viviente. La pobre trabaja sin descanso para que a Robert y a mí no nos falte nada, casi ni la vemos. Pero nos falta lo fundamental: nos falta él. Mamá ya no es la misma. No sonríe nunca, y se encierra a llorar cuando cree que dormimos. Robert es demasiado pequeño todavía para comprender lo que ha pasado, pero se da cuenta de que algo no va bien. Cuando pregunta por papá, todos acabamos llorando. En los días libres, mamá apenas se mueve de la cama. También a ella la han matado.

 

Ayúdanos a salir de esto, Papá Noel, a terminar con esta tristeza que nos ahoga. Es lo último que te pido. Si tú no nos ayudas… ¿Quién lo hará?

 

Jeremy O´Bryan. [1]

 

[1] Jeremy O´Bryan fue condenado a muerte el 23 de noviembre de 2022, veintiocho años después de escribir esta carta. Nunca puso un pie fuera de los EEUU.

 *

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