Carrie fue la primera novela publicada de Stephen King en 1974, mítica porque, según se cuenta, al de Maine no le gustó un pelo el inicio de la historia y acabó en una papelera, para ser rescatado por su mujer Tabitha, que le animó a que escribiese esta historia completa, que le sacaría del anonimato y la pobreza. Gracias a ese primer momento, se inició la fulgurante carrera hacia el éxito del que, tal vez, sea el más popular de los escritores de terror del mundo.
Carrie nos cuenta la desventurada historia de Carrietta White, una desgraciada adolescente con una tronadísima madre fundamentalista cristiana, que sufre del constante desprecio y acoso de sus compañeros/as de instituto (léase «bullying» ahora), y especialmente de Chris Hargensen, la típica niñata de papá, tan popular como pedorra, que encabeza el ataque y derribo de la pobre Carrie. Ésta pronto descubre, con su primera y traumática menstruación a los 16 años, que tiene un tremendo poder telequinésico, que no tardará en usar defensiva-vengativamente contra el medio mundo que la ataca…
La novela transcurre en ese ambiente de la América de los años 50 que nos han transmitido con películas como Grease, de autocines, bailes de graduación, adolescentes bailando al son del rock primigenio, chuletas macarras de barrio, ya sabéis. King nos narra el devenir de Carrie en un fin de curso que nadie en el pueblo de Chamberlain olvidará nunca.
Impresiones finales
He leído muchas novelas de Stephen King a lo largo de los años, gustándome la mayoría de ellas bastante o mucho; por eso era ya casi un «pecado mortal» (que diría la madre de Carrie) no haberme leído la primera novela del autor, y que le puso en ese Olimpo que merece, ganado a pulso a lo largo de décadas de traernos inquietantes historias.
Debería haberlo hecho antes de ver la versión cinematográfica de Bryan de Palma, hace ya años, por no tener imágenes mentales preconcebidas, como es aconsejable hacer siempre cuando tenemos película/libro, pero ya no tenía remedio.
Ya en esta primeriza obra se ven los fundamentos propios del estilo de King: buena caracterización de todos los personajes, conexión con el lector, genial capacidad para describir estados introspectivos, diálogos naturales y creíbles, enganche y facilidad de lectura… tal vez aún en un estadio sin pulir, pero totalmente reconocible. La estructura también está bien construida, saltando al punto de vista de varios de los personajes principales, así como a fragmentos del juicio posterior a los acontecimientos principales, de libros que estudiaron el caso de Carrie y su telequinesis (estas partes, aunque brindan otros enfoques de la historia, a mí me «sacaban» un poco del ritmo principal, pero es algo ya más subjetivo mío tal vez).
Aunque es un buen trabajo de Stephen King, y nos traslada perfectamente a ese ambiente de aquel Estados Unidos de los 50 ¿idealizado?, que aúna la tontuna adolescente con el elitismo, el clasismo y el desprecio al «loser», y que parecen formar aún parte de buena parte de esa sociedad, para desgracia de lo que lo sufren… me ha gustado, pero no tanto como otras de sus obras, la verdad.
En todo caso, la recomiendo sin reservas, pues se lee muy bien y en dos o tres tacadas, resultando ligera pero angustiante, con momentos destacados, como ya nos tiene acostumbrados el bueno de Stephen.
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