El otro día os comentaba mi parecer sobre la clásica novela de John Wyndham «El día de los trífidos«, escrita en 1951. Bien, pues me dio la curiosidad por ver cómo era su versión cinematográfica rodada en 1962. Al lío:
La película sigue bastante fielmente algunos momentos de la trama de la novela, obviando por completo pasajes enteros en pro de contar la historia simplificada en hora y media, me temo. Los medios eran escasos, por lo que tanto los trífidos de goma y otros efectos, como caída de aviones, lluvia de meteoritos… etc, vistos con los ojos de hoy, no dejan de dibujarte una sonrisa condescendiente, valorando sobre todo lo que intentaban transmitir y que puedes llegar a obviar al ir acompañada la narración de cierta seriedad.
Comparte también con la novela valores, actitudes y formas hoy rancios y caducos, como el papel de la mujer reducida a cariñosa acompañante del heroíco macho protagonista, con sus agudos grititos de terror ante la mera visión de los trífidos… que suenan aún más ridículos y desfasados que la goma de los trajes trífidos.
No obstante, la película se deja ver por su formato de jolgoriwood clásico, de ritmo pausado y tono ingenuo, fotografía de colores pastelosos y narración sencilla pero agradable y con efecto balsámico-tranquilizador a última hora del día. Efectiva, dentro de su estilo cuasi-serie B de ciencia-ficción clásica.
Lo que sí que no me ha gustado es su precipitado y facilón final, que difiere totalmente del de la novela… suena «termina esto como quieras, pero ya«. No convence pero nada, sobre todo si los trífidos eran conscientes de su invasión. No digo más por no spoilear demasiado.
En definitiva, todo en la novela me ha parecido más acertado que en esta versión cinematográfica. Pero si disfrutaste con la novela de Wyndham, y te apetece darle una oportunidad por curiosidad a la película, y lo haces con ganas, también es moderadamente disfrutable. Tú verás.
Deja una respuesta